Investigadores
del Laboratorio del Sueño de la Universidad de Rochester en Nueva York, demostraron
recientemente que los días soleados dormimos mejor es decir, durante más tiempo
y a mayor profundidad que los días lluviosos.
De
hecho, sus experimentos durante 105 días consecutivos, contrastados con datos
meteorológicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA),
revelaron que cuando caen gotas de lluvia nos despertamos más adormecidos,
usamos menos energía en el transcurso del día y eso nos impide descansar
adecuadamente la siguiente noche.
Estos
hechos podrían tener que ver con los niveles deserotonina, la hormona del
bienestar, que están regulados por la luz del sol. Cuando el día es gris, los
niveles de esta hormona en nuestro organismo descienden drásticamente y
perdemos vitalidad y sentimos un exceso de somnolencia.
Fuente:
www.muyinteresante.es