Una amplia mayoría de
personas nace con una serie de huellas dactilares que permanecen intactas
durante toda la vida, esos patrones, que los expertos llaman surcos de
fricción, se encuentran en la yema de los dedos, en las falanges, las palmas de
las manos, los dedos y la planta de los pies.
Los patrones son permanentes,
pero se pueden gastar, por ejemplo los obreros que trabajan con ladrillos y
aquellas personas que lavan platos con mucha frecuencia pueden perder algunos
detalles, pero una vez que dejan de realizar estas actividades, los surcos
vuelven a aparecer.
De vez en cuando, como
deben saberlo bien los fanáticos de las películas de crímenes, la gente ha
intentado cambiar sus huellas dactilares de manera artificial pero a la final
la piel vuelve a nacer y toma su forma original.
Tanto así que los expertos dicen que una de las últimas cosas en
desaparecer cuando uno muere son las huellas dactilares ya que son muy
duraderas.
Fuente: www.bbc.co.uk